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Se dispara el número de españoles que se van a estudiar al extranjero


La cantidad de alumnos que completaron su educación universitaria en EEUU creció un 15% en 2015

55.000 personas de nuestro país viajan cada año con fines académicos al Reino Unido

La crisis económica de los últimos años ha asentado en el imaginario colectivo la idea de la emigración como algo negativo en todos los contextos. Si bien es cierto que el índice de desempleo en España, concretamente el juvenil, es de los más altos de la Unión Europea, los españoles nunca han sido de ésos que hacen la maleta para buscar mundo si no es porque no les queda más remedio. Sin embargo, salir fuera es una de las experiencias más enriquecedoras que uno pueda tener en la vida, especialmente cuando se hace en la etapa de formación. Y, a juzgar por las cifras, parece que los jóvenes tienen cada vez más esta percepción.

Sólo en Estados Unidos, el tercer país al que suelen ir los jóvenes españoles, en el curso 2014-2015 hubo un incremento de estudiantes procedentes de nuestro país del 14,8%, respecto al curso anterior. Es el mayor crecimiento en lo que a de siglo, según datos del Instituto de Educación Internacional (IIE, por sus siglas en inglés). Tras unos años en los que la cifra iba decreciendo, en 2006 comenzó una tendencia positiva. En el año académico 2011-2012 hubo un incremento del 13,7% y justo el curso siguiente se desplomó al 2,2%, coincidiendo con el período más duro de crisis en España, para experimentar en 2014-2015 el aumento más significativo.

«Hay muchas razones para esta tendencia. Primero, el sistema español de educación secundaria es bastante bueno y los estudiantes están muy preparados para la educación internacional y son muy competitivos para las universidades estadounidenses. Segundo, el programa Erasmus ha propiciado que muchos terminen estudiando en el extranjero», indica Cheryl Francisconi, coordinadora para el sur de Europa del IIE.

Según Francisconi, la crisis puede ser un factor que empuje a los estudiantes a irse fuera y, aunque puede ser costoso, «muchas familias reservan fondos para la educación de sus hijos y quieren que tengan excelentes oportunidades. A pesar de la crisis financiera, vemos más estudiantes españoles capaces de aportar algo a su educación en el extranjero. Y muchas universidades ofrecen becas y ayudas para que cubrir los costes sea más fácil», continúa.

El IIE fue creado en 1919, tras la primera Guerra Mundial, por personas relacionadas con la educación, dos de ellos Premios Nobel de la Paz. La institución nació de la idea de que no habría una paz duradera sin un gran entendimiento entre las naciones. Para fomentar dicha comprensión, la base más fuerte la formaría el intercambio educativo internacional. Fiel a ese principio y a la importancia que EEUU le da a la educación, cada año elaboran su Open Doors, un detallado informe sobre el intercambio educativo internacional.

Según este documento, los estudiantes españoles contribuyeron a la economía estadounidense con 234 millones de dólares en el curso 2013-2014. De los 6.143 alumnos de nuestro país inscritos en el curso 2014-2015 en EEUU, el 35% eran estudiantes de grado; el 31,4%, de postgrado; el 21,8%, de otro tipo de formación; y el 11,9%, de OPT. «Lo que nosotros llamamos OPT (Entrenamiento Práctico Opcional) les da experiencia laboral antes de volver a su país de origen», explica Francisconi. Esta misma semana el Gobierno estadounidense anunció que los estudiantes de las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, en inglés) pueden ampliar ese año en 17-24 meses adicionales, lo que significa que pueden permanecer en EEUU hasta 3 años mediante ese OPT.

Según datos de la Unesco, en el año 2013 había un total de 28.856 estudiantes universitarios españoles repartidos por todo el mundo. El primer destino es Reino Unido (5.900), seguido de Alemania (5.289) y Estados Unidos (4.817). Le siguen en la lista Francia (4.325), Polonia (976), Portugal (843), Países Bajos (802), Italia (745), Dinamarca (691) y Bélgica (460), dejando clara la preferencia de los españoles por el entorno europeo.

«Sigue siendo un porcentaje pequeño. Es verdad que cada vez ven más la necesidad de salir y pierden el miedo, pero siguen siendo cifras bajas», dice por su parte Marta del Olmo, responsable de Recruiting Erasmus, un programa de empleo de la consultora de Recursos Humanos People Matters, que pone en contacto a estudiantes y empresas con el fin de formarlos e incorporarlos a sus plantillas.

«Son conscientes de que las empresas ahora lo valoran mucho más. Se trata de un factor indispensable, las firmas ya no buscan tanto los estudios como las habilidades, que los jóvenes tengan competencias transversales como trabajo en equipo, capacidad de toma de decisiones, iniciativa…», comenta Del Olmo. La responsable de Recruiting Erasmus señala que ahora los jóvenes son más lanzados y de alguna forma las nuevas tecnologías ayudan a estar en contacto con la familia.

Rolf Tarrach, presidente de la Asociación Europea de Universidades, ve en la mala situación laboral en España el motivo del incremento de la movilidad. «La pérdida de la esperanza de ver una recuperación fuerte del mercado laboral en un futuro próximo y ver las universidades españolas bajar, con algunas pocas excepciones, en sus posiciones en los rankings internacionales también puede haber influido», señala Tarrach, que recomienda encarecidamente esta experiencia. «Sólo aporta beneficios; hablar idiomas, entender la filosofía de vida de muchas culturas, acceder a un mercado laboral inmenso y tener amigos en todas partes».

El coste, un obstáculo

«Hoy en día, un factor esencial para encontrar un trabajo interesante es estudiar en el extranjero. EEUU, por la calidad de sus universidades y por proporcionar un dominio sólido del inglés, es una elección muy lógica», añade. Pero la cuestión económica condiciona mucho. «Ante todo es psicológico, en muchos países europeos la idea de pagar por una formación universitaria continúa siendo mal aceptada: se percibe como un derecho que debe ser financiado por el contribuyente. Pero no hay que olvidar que, en general, la inversión en una buena carrera universitaria ofrece un rendimiento a lo largo de la vida difícil de superar con otras inversiones», incide Tarrach.

Para que el dinero no sea un impedimento, o no tanto, hay numerosas becas de instituciones públicas y privadas a las que se puede optar. Así, el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (Sepie) promueve en el exterior la oferta educativa e investigadora de las universidades y centros de investigación españoles y contribuye a la mejora de la acogida de españoles en el extranjero, entre otras acciones. Cuenta con convenios de colaboración con gobiernos e instituciones extranjeras para programas de movilidad internacional. En su página web se puede consultar el buscador de becas y encontrar desde estudios en China, pasando por programas especiales para expertos del Gobierno de México, hasta acuerdos de movilidad con Canadá, Australia y Nueva Zelanda.

Rocio Rodriguez en el Mundo 17 de marzo 2016

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